miércoles, 30 de marzo de 2011

Shhhhhh....



Por primera vez voy a ir a tu casa en mi coche, tú me esperas allí para vernos, y no iremos juntos como hacemos normalmente. Estoy algo nerviosa y no sé muy bien porqué, pero supongo que cómo sé que te gustan las sorpresas, seguro que tendrás algo preparado...

Te timbro y me abres, sin preguntar quién es o decir nada. Cuando llego a la puerta, está abierta, con las luces apagadas, así que entro y cómo siempre, voy a tu habitación para dejar el bolso y el abrigo. Dudo si encender o no la luz... la enciendo, no estás, y veo encima de la cama una cajita con una hoja al lado, la leo: "desnúdate, ponte TODO lo que hay en la caja y espérame en el salón, de pié, con la luz apagada. Prepárate..." Una descarga recorre todo mi cuerpo, mi clítoris palpita y me siento mojada al instante. Empiezo a sacarme la ropa, nerviosa y con algo de prisa, mientras voy abriendo la caja... Unas medias negras con blonda de encaje y un antifaz, el mismo que dejé en tu casa el otro día. Me pongo las medias cuidadosamente, son super suaves, me miro en tu espejo, y aunque algo vergonzosa, me gusta lo que veo. Coloco el antifaz en mi frente, es precioso, rojo y negro de encaje, en el salón me lo pondré... Me calzo unos salones negros de taconazo infinito, no has dicho nada, pero creo que no te disgustará...

Salgo de la habitación despacio, sin hacer mucho ruido, enciendo la luz del salón, no estás, la apago y entro un poco, no sé muy bien donde esperarte, me quedo de pie junto a la mesa, bajo el antifaz y no veo nada... Respiro hondo, así en silencio, no sé cuanto tiempo pasa, no hace frío, hace rato que has puesto la calefacción, pero mi piel está tensa ante una inminente caricia, mi oído por cualquier mínimo ruido, mi olfato... mi olfato es lo primero que te siente. No he oído nada pero ya te huelo, no sé dónde pero ya te huelo, ese perfume que me vuelve loca, el de la segunda cita... "Maestro?"  "Shhhhhhhhhhhhhhh"  Susurrás detrás mío, en la puerta del salón, escucho cómo enciendes la luz, te acercas, noto tu nariz en mi nuca, "Que bien hueles, me encantas" Rozas mi cuerpo con un dedo, desde la cintura hasta la pierna, dónde empieza la media, "Estás increíble" "Gra..." Me callas con una mano, suave y me susurras al oído: "Hoy quiero que estés muy calladita, cómo si hubiese gente en casa, niños pequeños que no pueden enterarse de lo que hacen los adultos" Otro latigazo recorre mi cuerpo, cómo sabes encenderme... Me susurrás en el otro "Y quédate quieta, haz lo que te pida, pero sólo lo que te pida, prohibido tocarme, vale?" Te ríes, lo noto, asiento y nos reímos los dos.

Me besas en la nuca, sin tocarme, suaves piquitos de niño, recorres mis hombros, bajas por mi espalda, besándome, poniéndome la piel de gallina. Te alejas ligeramente, para verme mejor, y Zas! un cachetito en el glúteo, y un mordisco justo dónde me has dado, seguido de otros cuantos, pasando al otro glúteo y haciendo lo mismo, mordiéndome suavemente sin tocarme... Rozas mis piernas lateralmente, dibujas círculos en ellas, por encima de las medias, juegas con el encaje, pero no me las quitas, te acercas a mi oído y me dices: "Quiero sentir cómo me follas con ellas, que roces todo mi cuerpo con algo tan suave" Te alejas...

Me besas en los labios, mordisquito y lengua, besos profundos, con ganas, excitados como estoy yo. Tocas mi rajita, la rozas sin abrirla y me tengo que contener para no soltar un gemido "Shhhhhhhhhhhhhhhh, tranquila..." Me abres, tocas mi botón y me doblas de placer "Wow, estás calentísima..." Metes un dedo, otro, y con la palma me masajeas... Me corro, no aguanto más, me tiemblan los tobillos encima de estos tacones, me agarras con la otra mano y me dices "Suave cielo, lo que te queda hoy... Ven" Me tomas la mano y me llevas contigo, poca distancia y mientras me dices " Y esos tacones, no te los había visto nunca... Preciosos..."

Me pegas a una pared, te tengo en mi espalda, con la cara y las tetas notando frío, y sin previo aviso la metes, dos veces suavecito, y aceleras, gimes en mi oído, contenido, pero sé que estás deseando meterla a fondo, y lo haces, ritmo frenético. Desde atrás, me estrujas los pechos, aprietas estos pezones empitonados por la pared... y nos corremos, juntos, me encantas... Te quedas un ratito así, con tu cabeza en mi hombro, abrazándome, besando mi espalda, y susurrás: "Has sido buena, calladita, te mereces algo... quieres que siga??" "Sí, por favor..." "Shhhhhhhhhhhhhhhh"

Te alejas, me miras de nuevo, " Con esos tacones me quedas perfecta para follarte de pié, podríamos cambiar, pero, sería una pena..." "Vale" "Shhhhhhhhhh, no digas nada" Me agarras el culo, lo apretujas, lo abres, deslizas tu mano, la empapas en el coño y la mueves hacia ti, me rozas, me deshago... Rozas mis piernas desde el tobillo, con las medias, las separas y tiras de mi culo hacia atrás, separas mis nalgas y noto tu aliento, caliente, tu lengua, de arriba a abajo, follas mi culo con ella, despacio, círculitos concéntricos que me vuelven loca... Escucho cómo abres el lubricante, un magnífico olor a fresa, y te diriges a la caverna más privada, despacio, empujas y se me escapa un "Ahhh" "Tranquila, muévete tú, cuando puedas" Agarro sus glúteos y los empujo ligeramente hacia mí, el cuela su mano y masajea mi clítoris, me pierdo, y entra, toda, "eres increíble, me encanta, cómo te entra, toda, apretadita..." Empezamos a subir el ritmo, caricias, besos, me corro varias veces, me muerdes... hasta que la sacas, y haces que me incline y te corres sobre mí, llenando mi espalda y mi culo de tu semen caliente, abundante...

Me quitas el antifaz, y me besas, suave, fuerte, me abrazas, rozas mi piel, y me susurras: "Me encantas, valiente"

martes, 29 de marzo de 2011

Mi regalo...

Hoy es tu día y no quiero comprarte nada material, pero sí hacerte un regalo. Es una tontería, pero creo que te va a gustar. Es un poco egoísta por mi parte, ya que seguro que a mí también me encanta, y, después, lo vamos a disfrutar los dos.

No es un regalo al uso, de esos que abres sin más, lo ves y te gusta o no, no es un objeto, es una acción, para lo cual he de comprarte un utensilio, que irá en un paquete, pero el regalo real, pasará por tu cabeza en cuanto lo veas, cómo un flechazo, que espero también pase por tu cuerpo hasta tu parte más viril.

Acondiciono tu habitación, coloco la silla, me preparo, te busco en el salón y te tapo los ojos, ese antifaz para dormir que ya sabías que tengo, ha llegado la hora de usarlo. Te dirijo a tu habitación, a tientas, nervioso, te siento en la cama, descalzo tus pies, desabrocho tu camisa, lento, muy despacio, rozándote con cada gesto; tus otros sentidos, privados de la vista, se agudizan, cada caricia es más intensa, tu piel se eriza, cada pequeño susurro resuena y permanece en la habitación por el silencio existente. Despojado de tu camisa, te quito los pantalones con la misma delicadeza, rozando tus piernas de principio a fin, pero, por supuesto, tu boxer permanece, con la tienda de campaña montada, lista para que pasemos la noche juntos.

Ha llegado el momento, poso la cajita sobre tus piernas y te invito a abrirla con tus manos. Te ríes, sonríes con cara pícara, nervioso y cachondo, y consigues lo mismo en mí. Abres la caja y encuentras el utensilio, lo tocas y no lo ubicas del todo, una pieza de plástico, duro, ni muy ancho ni largo... “Qué es?” Me preguntas, jijiji, me río y no contesto... Sigues tocándolo y veo que empiezas a ubicar qué podría ser, “Para” te susurro al oído.


 
Apago las luces, quedando la habitación en una penumbra casi plena, he dejado sólo dos velas, para que veas, pero con dificultad, me siento en la silla y te pido que te destapes los ojos pero que no me mires a mí, sino primero hacia el objeto que tienes en las manos. Al verlo, la risa malévola termina de dibujarse en tu cara y me miras. Estoy sentada en la silla, frente al espejo de espaldas a ti, nos miramos por el reflejo y reímos, la mirada se desvía a mi entrepierna, cuidadosamente cubierta con mis manos para que no lo veas... Te acercas y las retiras, sobre mi pubis una montaña blanca... Me miras extrañado, lo tocas y conoces la textura pero no la ubicas, te acercas la mano a la cara, y esperando un olor químico que no encuentras, me miras preguntando con los ojos, "Pruébalo" Y descubres el delicioso sabor de la nata montada... Te lanzas a comernos pero te freno, la nata es la improvisada espuma de afeitar, que, cuando termines de atusarme, no dejará restos ni sabores, y podremos seguir, sin interrupciones, directamente...



No puedes evitarlo, y saboreas un poquito de la nata, me retuerces, la situación ya me ha calentado, te levantas y tomas el utensilio, una mini-cuchilla especial para la línea del bikini, que según me comentas, te ha hecho mucha gracia y no sabías que existían. Tengo todo perfectamente depilado excepto la parte más superior, por encima de los labios, de forma que vas a poder dejarme una rayita fina, intentar una forma original o rasurarme del todo y verme por primera vez como a una jovencita, que elegirás???

Lo haces muy delicadamente, sabiendo que esa zona da un poco de miedito, cuando terminas el diseño, retiras el exceso de nata y vello, y me rozas con los dedos entre los labios... Hiervo, empapo, me ha puesto a mil la situación, y así, sin moverme de la silla me lo comes como nunca, en una mezcla dulce y salada, que según dices, resulta deliciosa... para mí sin duda lo ha sido.

Espero que te haya gustado tu regalo, depilar este coñito como si fuese a un concurso...


CONTINUARÁ

jueves, 24 de marzo de 2011

Primer trío... Así me lo imagino




Ella y yo nos besamos, tímidas, expectantes, cómo es besar a una mujer?? Suave, dulce. Le mordisqueo la barbilla, despacio, bajo por cuello, lo recorro con pequeños besos, de lado a lado, mi lengua dibuja un collar alrededor de sus clavículas. Muevo un tirante del vestido, el otro, dejo esos preciosos hombros al descubierto, bajo el vestido hasta la cintura. Descubre unas tetitas preciosas, con unos pezones que miran al techo, invitando a pasarles la lengua, suave, mojándolos, succiono, muerdo levemente, me encanta.

Miro hacia él, se le nota cachondo, no se toca de manera evidente, sólo desliza la mano por encima de su pantalón de vez en cuando. Nos mira, se le enciende la mirada y nos hace gesto parece acercarse, nosotras reímos, nos miramos y le decimos que no con la cabeza, que aguante un poco, después tendrá lo suyo.

Volvemos a lo nuestro, está buenísima, con el vestido haciendo de faldita, no puedo resistirme y se me cuela una mano por debajo, la rozo por encima del tanga, percibo una humedad que me pone la piel de gallina, soy yo la causante de esa humedad, y me encanta. Deslizo ligeramente el tanga y cuelo un dedo, suave entre sus labios, resulta curioso tocar otro coñito, caliente, mojado. Besando sus pechos, bajo por su vientre, se nota que tiene cosquillas porque se tensa, pero en cuanto me acerco a la zona púbica, esa tensión se convierte en un suspiro, un suspiro de no pares, de sigue así que vas perfecta. Arrastro su vestido, liberando sus caderas, sus piernas, su culito buenorro, lo veo, un coñito depilado, húmedo, diciéndome “cómeme” entre suspiros.

Él se mueve, coge su silla, y se pone más cerca, no lo suficiente cómo para tocarnos, pero sí para deleitarse mejor con la escena: otra mujer comiéndole el coño a su chica, y le está encantando cómo si fuese el mismo. No aguanta más y se desnuda, dejando su maravillosa herramienta al descubierto. No sé si ha sido a propósito, pero consigue que me acelere y quiera correr de gusto a su chica, para acto seguido, hacer lo propio con él.

Bajo el consentimiento explícito de ella, cambio de pareja, ahora es ella la que me dice: “quiero verlo” y me invita con un gesto a degustar el segundo plato, que no por conocido, menos gustoso. Mientras me deleito lamiéndola, mojándola, besándola, metiéndomela enterita en la boca, ella se acerca y le besa en la boca, un beso profundo, apasionado, que termina con un dedo de él dentro de ella, mientras yo sigo comiéndole.

Se miran, y sin decirse nada parecen entenderse, ambos hacen que me levante y me acercan a la cama, entre los dos me van desnudando, besándome, mordiéndome cada uno en una parte de mi cuerpo, y noto como mi rajita se inunda de las ganas de seguir. Ahora es ella quien se acerca a mi, me lame, me toca, me enloquece y le dice: “dale un poco, cari, que lo está deseando” Me río, colorada, pero tienen razón. Ella nos mira, tocándose, en ocasiones ayudada por mis manos, cuando puedo concentrarme lo suficiente, y no despistarse con el embiste de la fiera que tiene por pareja. Tras correrme un par de veces, de forma rápida y sin esfuerzo, creo que ha llegado la hora de lo que he venido imaginando.

Están de lado, él detrás suya, la penetra desde atrás, y yo, con los pies en el cabecero y la cabeza a la altura de su pubis, le como el coño despacio, en un amago de 69, ya que ahora es ella la que debe disfrutar, por partida doble, por dejarme disfrutar de este momento. Entre los dos, como el relleno de un sándwich, la llevamos a un profundo orgasmo, lento, rico, interminable, él dentro suya y mi lengua en su botón más sensible.

Terminamos las dos, comiendo una y otra alternativamente, hasta que el se corre, con la imagen de dos mujeres disfrutando con su polla en la boca, sobre nuestros pechos.

El que crea que tres son multitud, es que no ha probado esto…

                                                                                                                  

Entrada de dedica a la pareja de un gran blog, Virgi&Skorphio, que habéis sido la fuente de inspiración. ( http://skorphio.blogspot.com/ )

miércoles, 23 de marzo de 2011

Las noches... en Campo Real





Iba a ser una aventura, una experiencia, la primera de esta nueva chica. Tenía claro que tenía que ser contigo, y sólo puedo reafirmarme. Esa noche se ha convertido en una serie de magníficos encuentros, cada uno mejor que el anterior y que por lo que pinta, no creo que terminen pronto.

La primera noche, tu olor, el corte de estar con un desconocido, esta visita inoportuna que aparece inusualmente pronto, casi jodiéndonos los planes. Te veo, y me gustas, y me intimidas con tu mirada intensa, perpetua, te gusto, me gusta gustarte. Aún no me has tocado y ya estoy que me salgo. Más deseo?? Yo, sin duda. Tu espejo, tus miradas voraces, mi cara, es cierto, que cara se me pone!! O me pones, Maestro. Te cuelas por todo mi cuerpo con facilidad pasmosa, da igual por delante que por detrás, por arriba o por debajo, me pones tanto y tan bien que se me olvida todo. Tu brazo sobre mí por la noche, me extraña, y me encanta…

La segunda, tras sentir que me deseas rodeados de gente, cada vez me gustas más, esa sudadera que me encanta, sabiendo, claro, lo que hay debajo. Ya no hay nervios, ya no hay prisas… Ni tampoco sueño

La tercera, y no definitiva, estoy segura, increíble, no sé cómo lo consigues pero cada noche te superas, me entran dudas de quién hace más meigallos… Tus palabras, tus miradas, hacen que esta noche sólo desee sentirte todo en mi de nuevo.

No ha sido muy explícita esta entrada, pero es lo que tiene, me has follado, estupendamente, no sólo el cuerpo, también la mente.

PD: celebro tu vuelta al blog, no dejes de hacer lo que tan bien se te da…

sábado, 19 de marzo de 2011

viernes, 18 de marzo de 2011

No me has dejado dormir

Me da la sensación de que ayer te dejé un poco a medias, me dejé hacer, pero no te ayudé mucho a tí. Lo siento, decirlo me cuesta, será cuestión de práctica, pero sí te puedo escribir todo lo que te habría dicho.

Me muerdes, sigo de lado, contigo detrás mío, me muerdes el cuello, la nuca, la espalda, me arqueo, me doblo, suspiro, gimo, me agarras los pechos, fuerte, los sobas, me coges los pezones, erguidos como nunca. Noto tu paquete rozándome las nalgas, estoy deseando sentirla. Deslizas las manos, me sigues mordiendo, me rozas por encima de la ropa interior, siento un poco de apuro de lo mojada que estoy, qué pensarás!? Me siento ahí, Dios, no voy a tardar nada, y pierdo el control... no puedo esperar más.

Te toco, por encima del boxer, menudo bulto, está durísima, puffff, me pongo mala, la saco del boxer, y la noto, caliente, enorme, palpitante, bombea rítmicamente.
Sigo de espaldas, noto tu respiración, en mi nuca, se me eriza todo el cuerpo, suspiros, gemidos, respiración entrecortada, se mezclan con el, ya evidente, olor a sexo. Me ayudas con tu boxer mientras yo hago lo propio con mi tanga, y...noto tu verga entre mis nalgas, entre mis piernas, palpitante, casi tanto como mi clítoris, nos movemos despacio, rítmicamente, no puedo más.

Me tocas justo ahí, perfecto, dos movimientos y no puedo, un latigazo por todo el cuerpo y tus dedos en mi boca, intentando q baje el volumen, pero... me sigues tocando, y otro, bufff, explotas mi capacidad multiorgásmica.

Necesito sentirla, ya, me giro, te beso, te muerdo, mientras la toco, tus huevos tensos, durísima. Bajo por tu pecho, con mis besos, mi lengua, mini mordiscos, te recorro. Con las manos tenía miedo a hacerte daño, pero con la boca no, bien ensalivada no habrá problemas. Te lamo, palpitas, me meto la punta, despacio, palpitas de nuevo, un poco más, y toda, o al menos todo lo que puedo... Me agarras del pelo, y aprietas ligeramente, me coges la cabeza, hacia ti, firme pero suave, solo un segundo, y me dejas claro cuanto deseabas esto... Me excito más, imposible...

No puedo más, lo sabes pero quieres que te lo diga, te lo repito, nos colocamos como antes, de lado, y entras, ENORME, me tocas un poco y allá voy, no aguanto nada. Me pierdo, sigues, bombeas, me aprietas, me muerdes, no se cuántos, pierdo la cuenta, o quizás ha sido uno largo y continuo, salto de uno a otro y no puedo pensar en nada más. No sé cuanto hemos durado pero me dices: "me corro", "y yo", "ya, ya lo sé, cuántas?" No digo nada, yo tampoco lo sé, y te quedás así, pegado a mí, en mi espalda, rozando mi cuerpo erizado...será una noche larga, de esas en las que el sueño no aparece...


Espero no haber hecho demasiado ruido...