lunes, 25 de abril de 2011

Sola


Así, como mucho, acabará mi día hoy... Aunque lo dudo


Hoy toca entrada breve... se me ha ido la inspiración. Llevo todo el día con sexo en la cabeza, con varias ideas de entrada para el blog... pero se han esfumado... no quedaremos.

Desubicada, perdida, así me he sentido durante estos dos meses en bastantes ocasiones, pero hoy es algo más...

La hoja de ruta que había encontrado ha desaparecido, sé que está, pero no la encuentro, algo habitual en mí, y que me hace sentir peor porque sé que no debería darle importancia, aparecerá, me digo... pero hoy no me consuela...

Rechazada, bueno, quizás no tanto, no ha sido tanto un rechazo como un aplazamiento... pero...

Pero hoy mi coño no se cree que no vayas a poseerlo, mi clítoris erecto no quiere creer que no vayas a rozarlo, mis músculos, a la espera de contracciones rítmicas, se quejan con agujetas por no darles más...

Pero hoy mi cabeza no lo asimila, no se cree que tras lo de ayer hoy te puedas resistir...

Pero hoy me duele, sin demasiada explicación, esta breve abstinencia de tí a la que me sometes.
¨

PD: Maestro, si llegas aquí, no digas nada, pienso en alto para mis lectores, esos anónimos a los que no pongo cara y que me acompañan en esta nueva andadura... No lo comentemos, omitámoslo, si podemos.
Esta entrada, por primera vez, es, para todos, menos para tí.

Y a tí, querido lector anónimo, hoy te pido, más que nunca, un breve comentario o saludito ;)

martes, 19 de abril de 2011

Consecuencias (2)




Salimos del restaurante, giramos la calle, hacia el coche, me llevas de la cintura, y, sin más, me apoyas en una pared, en plena calle. Nos besamos como la primera vez, lento, suave, delicioso, colocas mi flequillo dulcemente y me vuelves a besar, "estás preciosa, me ha encantado" me dices mirándome a los ojos " así me gusta" te digo, entre complacida y sonrojada... Cuelas tu pierna entre las mías y me rozas, me retuerces... En ese instante sales corriendo, me asusto, hasta que te veo, mirándome, con cara picarona... no me he dado cuenta, pero han salido de un portal y la puerta se cerró lento, tanto, que te da tiempo a pararla y colarte dentro. Me acerco con cara de incredulidad, pero tiras de mi mano y entramos.

Buscamos las escaleras, la bajada hacia al garage, y se apaga la luz... tus manos se cuelan bajo mi falda, mi humedad moja por encima de las medias, mis manos van directas a tu pantalón y las apartas, desabrochas mi camisa, botón a botón, sacas mis pezones, con el sujetador haciendo de balcón, los meneas, los muerdes, despiertas mis suspiros. Y me pones de rodillas, abres tu pantalón y la sacas, la beso, la lamo y no aguantas más y la metes en mi boca, tomando mi cabeza, y, por primera vez, me follas la boca con más descuido que delicadeza, mis ojos se llenan de lágrimas, alguna náusea contenida, y te corres, apretando mi cabeza, tirando de mi pelo,animal como nunca has estado... Me encanta que te corras tan rápido.

Me levanto y me abrazas, no sé cuanto tiempo, pero se hace eterno, me besas el cuello, la cara, me abrazas fuerte... hasta que noto que algo vuelve a la vida, tu también... bajas mis medias hasta donde las botas lo permiten, juegas mi clítoris, me corres con tus manos, mi barbilla apoyada en tu hombro, mi cara junto a la tuya, mis gemidos directos a tu oído.

Me das la vuelta, apoyo mis manos en la pared y me penetras desde atrás, no sin dificultad por culpa de las medias, pero una vez dentro, gracias a tus dimensiones, y una vez cogido el ritmo, follamos como locos, no sé tú, pero yo no sé ni dónde estoy, bombeas, fuerte, con una mano grapada a mi pecho y las otra entre mis piernas, con tu alfabeto Braille, tu técnica perfecta, haciendo que encadene orgasmos... hasta que se enciende la luz, yo subo mis medias y medio abrocho mi camisa, mientras tú abrochas tu pantalón, voces se escuchan de fondo, una pareja, se escuchan los tacones de ella... Salimos apresurados del portal, cruzándonos con la pareja, que nos mira extrañados...

El coche se convierte en un suplicio que deseamos que acabe, mi mano sobre tu pantalón, ocultando tu verga dura, palpitante, tu mano a tientas en mí, y me dices "Sácate las medias" Te miro extrañada, pero sí, nos dará tiempo. Bajo una cremallera, saco una bota, hago lo mismo con la otra, mientras tú no pierdes detalle, deslizo mis medias hasta los pies, y libero mis piernas... Tiras del tanga, te ayudo y me lo saco... Colocas de nuevo tu mano en mi clítoris, empapado, mientras yo coloco, como puedo, mis botas para poder salir del coche cuando lleguemos.

Llegamos a tu casa, directos a la habitación, delante de tu espejo, tras de mí, levantas la falda, quedando mi sexo expuesto, me quitas la camisa, el sostén, y te deleitas, con mi imagen, desnuda, con el suave ante hasta más allá de mis rodillas, nada más. Así, con las botas, me empujas hacia la cama, me quedo boca abajo, te escucho desnudarte, tocas mi espalda, desde la nuca hasta los glúteos, varias veces, hasta que te acercas con un dedo a la puerta trasera, jugueteas, como pidiendo permiso, yo me callo, sólo jadeo, lo entiendes, apuntas y te cuelas, estoy tan cachonda que entra perfecta, lo notas y te vuelves loco, bombeas muy fuerte, tu vientre contra mis nalgas toman el silencio de la habitación, y, al borde del orgasmo, tiras de mi hacia atrás, para no perder detalle de mi cara...

Te caes, exhausto, encima de mi, noto tu peso, leve, rozas mi piel, el ante, y me susurrás que la próxima cita con estas botas la planearás tú...


 Lo que tú digas, maestro, lo estoy deseando

jueves, 14 de abril de 2011

Últimas compras, y consecuencias

Eres un macho alfa, un jefe de la manada, te gusta marcar la diferencia, notar cómo me miran y saberme tuya, estoy contigo y ninguno más. Se te nota y me lo has confirmado... hoy lo vas a disfrutar, me pondré preciosa, impresionante, para ti, a tu total disposición, y los demás lo van a notar.

Hemos quedado tarde, más de lo habitual, no te ha hecho mucha gracia, me he reído por dentro, luego lo entenderás, el modelito escogido no es apto para la luz del día...

Ritual acostumbrado: depilación integral, exfoliación en la ducha, y, con el cuerpo aún mojado, aceite seco con mi perfume, que se impregna desde mi cuello hasta la punta de mis pies. Conjuntito negro, encaje, camisa blanca, minifalda negra, y las botas nuevas... Mezcla explosiva, sexy, me miro al espejo y no sé si seré capaz de salir así, aunque con el toque elegante de la camisa espero no caer en lo vulgar. Pelo como siempre, largo, suave, ligeramente ondulado y con el flequillo de lado, perfumado.

Quedamos donde siempre, pero te pido que me esperes fuera del coche, apoyado en él, de espaldas en sentido a dónde vendré yo, así, lo primero que intuirás será el ruido de mis tacones, seguido por mi perfume, para finalmente, tras tocarte, te giras y me ves.

Un latigazo recorre tu cuerpo y tu cara, noto como tu temperatura aumenta en un segundo... Me follabas aquí mismo, sin más dilación, normalmente disimulas bien, pero esta vez te he descolado. Me tomas la mano, me acercas a ti y me besas, un beso apretado, de labios cerrados, lleno de tensión, tu mano en mi cintura me aprisiona, la bajas, despacio, y paras, justo a tiempo, sin llegar a que la espalda pierda su nombre.



Me separas de ti, me das una vuelta, me miras a los ojos y dices: "Buffff" mientras te muerdes el labio, "Te gusta?" "Bufff" No puedes pensar demasiado, me encanta...

Subimos al coche, vamos a cenar, no sé a dónde, pero ha quedado claro que debe ser un sitio medianamente elegante, en el que no te vayas a encontrar, al menos en principio, a nadie conocido. Pero que haya gente, un detalle importante.

Durante el trayecto te concentras, pero alguna mirada furtiva se te escapa, a mis piernas, cubiertas de ante hasta la mitad, dejando unos tres dedos de media negra, hasta llegar a la tela de la falda. Poco a poco vas desgranando los detalles de mi modelito, en especial de las botas, doce centímetros de tacón con plataforma semiescondida de dos, cincuenta y siete centímetros de ante negro, suave y fino, terminados en una preciosa suela roja, que gritan sexo sólo con verlas. Deslizas tu mano, sin mirarme y tocas el ante, suave, lo acaricias, y tragas saliva, tu nuez se mueve mostrando tu agitación.



Llegamos, un italiano, me gusta, elegante, entramos con tu mano en mi cintura, marcando el territorio, y nada más cruzar el umbral de la puerta, las miradas se nos clavan, el camarero, la gente en la barra, el que nos indica la mesa, ellas, con envidia hacia mi y curiosidad para ti, ellos, a mí con deseo y a tí con devoción, como un alumno a su maestro.

Los nervios me recorren, no se muy bien qué siento, pudor, morbo, exposición, mezclado con orgullo y satisfacción, está saliendo según lo esperado. Me siento tu putita, y, aunque es extraño, supongo que es lo que buscaba.

Cena deliciosa, Lambrusco, conversación nerviosa, miradas intrépidas, bastante fuera de lo normal, como todo esta noche. Deseamos irnos, los dos, se nota, se palpa.

Salimos, rodeados de una bruma de miradas y murmullos según nos movemos, y antes de cruzar la puerta, descarado, para todos, deslizas tu mano, desde mi rodilla, rozando el suave ante, la delicada media, por debajo de la falda...



Y sí,


efectivamente...


estoy mojada.

jueves, 7 de abril de 2011

Ganas




Desde esta tarde las tengo. Escribiendo una entrada para el blog, pensando en ti y en lo que me gustaría que me hicieses, me caliento, me pongo a tono, y no son ni las 6 de la tarde. Humedad en mis bajos…

Por suerte me llamas, quieres que quedemos, genial, sé que me lo pasaré genial, cómo siempre contigo. Llegas, y nada más verte, pienso en decirte: Mira. Y enseñarte lo preparada que estoy, pero me aguanto.

Vamos a tu casa, hacemos la cena, y con cada beso, abrazo, caricia, sólo puedo pensar en que folles, en comértela… pero me aguanto.

Cenamos, te tengo tan cerca… poco a poco vas notando cómo estoy, mi cara te lo va diciendo, hasta que directamente me lo preguntas, no sabes si recoger o si follarme directamente… Ven, vamos, mejor…

Según nos desvestimos más y más tu orgullo se crece, de ver cómo tienes a esta señorita, deseando que se la metas, lejos de toda compostura. Me devoras, me retuerces, y sin más esfuerzo llega el primero de una lista que no contaremos, al menos yo, siempre me pierdo.

Sigues con tus dedos mientras yo te desenfundo, no aguanto más, me acerco a tu oído y susurro: “Métemela ya, por favor”. En otras ocasiones te hace gracia y me dices que te lo repita, vacilándome, pero ésta es distinta, te ha puesto tremendamente mi susurro… súbitamente, saltas a la mesilla, te preparas, y… dentro, muy dentro, profundo, lento.
Me colocas a tu antojo, piernas estiradas, flexionadas, encima de tus hombros, da igual, hasta que te apetece verme, susurras: “Cabálgame”.

Dicho y hecho, sabes que en esta postura, una vez que empiezo, no paro de correrme, viene uno, otro, baja un poco y vuelve a venir. Disfrutas de mis caras casi tanto cómo de lo que hacemos, a veces diría que incluso más… Sigo y sigo, hasta que el cansancio me llega, y aunque podría seguir y seguir, mi ritmo se ralentiza y no te correrás… “Cómetela” Sonrío, me gusta que me lo pidas… Y te encanta, tus gemidos llenan la habitación, me agarras del pelo cómo una bestia, “Que bien la chupas” Y aunque no termino de creérmelo, me hace gracia y me motiva, mi mano con un ritmo frenético hasta que explotas en mi barriga…

Sigo calentísima, y lo sabes, acercas tus maestras manos y… uno más, antes de la relajación máxima, tanto física como mental



PD: si creyese, daría gracias al cielo por lo bien que estamos hechas las mujeres… todo hombre debería experimentar, al menos una vez, lo que es ser multiorgásmica… Increíble. Desde aquí, gracias a todos los grandes amantes que, aunque no son muchos, en ellos sí que creo, gracias porque con vosotros en más fácil ;)

viernes, 1 de abril de 2011

Calor Primaveral


Acabo de salir de la ducha, hemos quedado, una noche más, vendrás a buscarme en tu coche. Me pongo el tanga y noto que lo mancho, llevo todo el día pensando en esta noche y estoy húmeda, o algo más... Me pongo el sujetador, el vestido, las chanclitas de dedo, y listo! Como me gusta el calor, en un segundo estás lista. Me voy a maquillar, poquito que con este calor... Tu llamada: "quedamos antes?" "Perfecto" "En 5 min estoy ahí"

Cojo mi bolso, me agacho, y noto de nuevo como mojo mi tanga... cojo otro y lo meto en el bolso, creo me va a hacer falta... En el ascensor se me cruza un cable y decido sacármelo, total, para mancharlo, me lo quito. Salgo del portal y te veo, sonrisa de oreja a oreja, te gusta este vestido, verás lo que te espera...

-Hola
-Hola, qtal?
-Bien, ahora mejor... y tú?
-Caliente

Me miras entre perplejo y complacido, tomo tu mano y la llevo directamente a mi entrepierna

-No llevas nada??? Bufffff
-Ya toca que me enseñes a dónde van las parejas de este pueblo, no?
-...
-Vamos, anda

Conduces rápido, sin mirarme, alternando entre mi coñito y la palanca de cambio, estoy empapada. Deduzco que estamos en una especie de polígonos, sólo hay empresas y más empresas. No pasa mucha gente, perfecto...

En cuanto aparcas me pongo de rodillas en el asiento girada hacia ti, y mientras desabrocho tu pantalón, tú recuestas el asiento, tu polla salta y te la como con ansia, con brío, te deshaces, gimes, bufff, te encanta, intentas tocarme tú a mí, pero pierdes coordinación y desistes... Te dejas hacer, me coges del pelo, empujas suave mi cabeza, se me pone el coño a mil de sentir lo caliente que estás...

-Como sigas me corro
-Dame un condón, te quiero dentro ya

El descanso para el condón, mientras me vas tocando, te relaja un poco, pero no importa que dures poco, yo no voy a tardar nada, y me encanta sentir como te corres dentro. Echas el asiento para atrás de todo y te monto, como una salvaje, me aprieto contra tí para sentirla más dentro, del todo, mi cuerpo contra el tuyo, intenso, me aprietas contra tí, muerdes mi cuello, tu pubis roza mi pubis y me voy... una, bajo el ritmo, el orgasmo me relaja y voy más lento, pero... otro, me miras deleitándote con mi cara, te encanta verlo, saber que tú provocas tanto placer, acelero de nuevo, y te corres tú...

Tras un ratito, saco del bolso el tanga limpio, y te digo:

-Qué, a dónde me ibas a llevar??

Reímos como dos niños, la noche sólo ha empezado...