Salimos del restaurante, giramos la calle, hacia el coche, me llevas de la cintura, y, sin más, me apoyas en una pared, en plena calle. Nos besamos como la primera vez, lento, suave, delicioso, colocas mi flequillo dulcemente y me vuelves a besar, "estás preciosa, me ha encantado" me dices mirándome a los ojos " así me gusta" te digo, entre complacida y sonrojada... Cuelas tu pierna entre las mías y me rozas, me retuerces... En ese instante sales corriendo, me asusto, hasta que te veo, mirándome, con cara picarona... no me he dado cuenta, pero han salido de un portal y la puerta se cerró lento, tanto, que te da tiempo a pararla y colarte dentro. Me acerco con cara de incredulidad, pero tiras de mi mano y entramos.
Buscamos las escaleras, la bajada hacia al garage, y se apaga la luz... tus manos se cuelan bajo mi falda, mi humedad moja por encima de las medias, mis manos van directas a tu pantalón y las apartas, desabrochas mi camisa, botón a botón, sacas mis pezones, con el sujetador haciendo de balcón, los meneas, los muerdes, despiertas mis suspiros. Y me pones de rodillas, abres tu pantalón y la sacas, la beso, la lamo y no aguantas más y la metes en mi boca, tomando mi cabeza, y, por primera vez, me follas la boca con más descuido que delicadeza, mis ojos se llenan de lágrimas, alguna náusea contenida, y te corres, apretando mi cabeza, tirando de mi pelo,animal como nunca has estado... Me encanta que te corras tan rápido.
Me levanto y me abrazas, no sé cuanto tiempo, pero se hace eterno, me besas el cuello, la cara, me abrazas fuerte... hasta que noto que algo vuelve a la vida, tu también... bajas mis medias hasta donde las botas lo permiten, juegas mi clítoris, me corres con tus manos, mi barbilla apoyada en tu hombro, mi cara junto a la tuya, mis gemidos directos a tu oído.
Me das la vuelta, apoyo mis manos en la pared y me penetras desde atrás, no sin dificultad por culpa de las medias, pero una vez dentro, gracias a tus dimensiones, y una vez cogido el ritmo, follamos como locos, no sé tú, pero yo no sé ni dónde estoy, bombeas, fuerte, con una mano grapada a mi pecho y las otra entre mis piernas, con tu alfabeto Braille, tu técnica perfecta, haciendo que encadene orgasmos... hasta que se enciende la luz, yo subo mis medias y medio abrocho mi camisa, mientras tú abrochas tu pantalón, voces se escuchan de fondo, una pareja, se escuchan los tacones de ella... Salimos apresurados del portal, cruzándonos con la pareja, que nos mira extrañados...
El coche se convierte en un suplicio que deseamos que acabe, mi mano sobre tu pantalón, ocultando tu verga dura, palpitante, tu mano a tientas en mí, y me dices "Sácate las medias" Te miro extrañada, pero sí, nos dará tiempo. Bajo una cremallera, saco una bota, hago lo mismo con la otra, mientras tú no pierdes detalle, deslizo mis medias hasta los pies, y libero mis piernas... Tiras del tanga, te ayudo y me lo saco... Colocas de nuevo tu mano en mi clítoris, empapado, mientras yo coloco, como puedo, mis botas para poder salir del coche cuando lleguemos.
Llegamos a tu casa, directos a la habitación, delante de tu espejo, tras de mí, levantas la falda, quedando mi sexo expuesto, me quitas la camisa, el sostén, y te deleitas, con mi imagen, desnuda, con el suave ante hasta más allá de mis rodillas, nada más. Así, con las botas, me empujas hacia la cama, me quedo boca abajo, te escucho desnudarte, tocas mi espalda, desde la nuca hasta los glúteos, varias veces, hasta que te acercas con un dedo a la puerta trasera, jugueteas, como pidiendo permiso, yo me callo, sólo jadeo, lo entiendes, apuntas y te cuelas, estoy tan cachonda que entra perfecta, lo notas y te vuelves loco, bombeas muy fuerte, tu vientre contra mis nalgas toman el silencio de la habitación, y, al borde del orgasmo, tiras de mi hacia atrás, para no perder detalle de mi cara...
Te caes, exhausto, encima de mi, noto tu peso, leve, rozas mi piel, el ante, y me susurrás que la próxima cita con estas botas la planearás tú...
Lo que tú digas, maestro, lo estoy deseando